
Hace un tiempo que me obsesionan las leyendas chilenas, las historias fantásticas y los mundos mágicos. Por este motivo, cuando supe que existía una novela sobre nuestra querida Quintrala, corrí a la librería regalona y la busqué. La sorpresa grande fue que no era una sola novela, sino que dos de una trilogía por completarse y un spin off de esta, en total tres libros enormes y uno más por salir. Haciendo gala de mi consumismo, compre los tres libros (nada baratos) y me lancé de cabeza a la lectura del primer tomo, Tres nombres para Catalina, Catrala, de Gustavo Frías.
Catrala es una novela donde se cuenta la primera etapa de la vida de la Quintrala. Muchos ambientes coloniales, romances juveniles, complejas relaciones con el entorno y con los mayores, admiración, miedo, falta de lasos, más o menos todo lo que le pasa al adolecente común y corriente. Es una novela donde los juegos de identidad están presentes, Catalina no sabe a dónde pertenece, está definiendo su sexualidad (¡Oh! la experimentación), su género, su origen. La sangre alemana, española y por sobretodo mapuche, tres colores que caracterizan a la colorina joven, un padre autoritario, violento, una abuela española y una abuela nativa, cacica de Tobalaba.
Eso sobre la historia de la novela, ahora sobre el autor, Gustavo Frías. Gustavo Frías es ni más ni menos que el guionista de la película chilena Julio comienza en Julio, cinta donde vemos a una jovencísima y desnuda Schlomit Baytelman, película profusamente galardonada. Frías no es un aparecido en el arte y se nota, Catrala es una novela muy bien escrita, con un lenguaje muy rico y muy bien relatado, sus problemas pasan por otro lado.
Cuando supe de la existencia de esta novela, lo primero que se me vino a la cabeza fue la tórrida historia de nuestra malvada, pero exquisita, Quintrala, quería encontrarme con brujería, con crímenes, con situaciones fantásticas y mágicas, pero nada de eso apareció en Catrala. Esta es más bien una novela histórica, de época, con mucha manifestación de protocolo, de tradición, de orígenes, de antiguas calles y típicas costumbres. Entre medio de las descripciones históricas, nos topamos con los amoríos ardientes de esta joven Catalina (sí, hay acción mujer/mujer). Pero ¿Y la magia? ¿Dónde está la magia? En ninguna parte. Catrala no es una mala novela, pero si lo que usted busca es lo que le da condimento a la leyenda de la Quintrala, olvídelo, aquí no lo va encontrar.
Catrala es la primera parte de una trilogía, lo que debería invitarme a leer el resto de la historia, pero la sensación que me invadió varias veces no fue de entusiasmo, sino que de pensar que la historia podría haber sido condensada perfectamente en un solo libro. En Catrala nos encontramos con una enormidad de paginas sin mayor aporte a la trama (bien escritas, pero inútiles), muchas descripciones, que para el amante de las novelas históricas, sería el éctasis, pero para el lector de literatura fantástica, no son más que una aguda tortura. Fácilmente, podrían haber editado unas 100 o 150 páginas, pero que le vamos a hacer, la novela ya esta publicada así.
¿Recomendaciones? Si le gusta la novela histórica, y le da lo mismo leer sobre una legión romana, un emperador egipcio y una mujer endemoniada chilena, pues adelante, Catrala está muy bien escrito y en sí, no es una mala novela. Si lo que busca, en cambio, es la historia de nuestra sanguinaria Quintrala, mejor búsquese por Internet los capítulos de la serie protagonizada por Raquel Argandoña, no se arrepentirá.
1 comentario:
Hola. Recuerdo que cuando conocí la historia de Catrala, descubrí que Catalina era su nombre, el cual se tranformó con el tiempo en Catrala y luego en Quintrala. Los indios decían que ella tenía el alma roja, asi como su cabello.
Quintrala, proviene del Quintral, un muérdago de flores rojas, de cuyo fruto se extrae liga, y sirve para teñir.
Excelente el programa!!
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