domingo, 23 de mayo de 2010

Bosque Quemado


Una de las técnicas que uso para encontrar escritores que no conozco es entrar a la librería y preguntar al vendedor que me recomienda. Le entrego algunos antecedentes o características de lo que busco, por ejemplo que sea chileno (ando en la etapa de leer nacionales), contemporáneo y que sea bueno, por decir algo. De esta forma en la librería Metales Pesados de la moneda me recomendaron un conjunto de libros, Brodsky era parte de esa selección.

Bosque Quemado es la última novela de Roberto Brodsky y la primera que leo de él, las sensaciones son discordantes. Primero a contar más o menos de que se trata. Estamos frente a una narración de redenciones y de reinterpretaciones, es un hijo y un padre, años de historia, militancia, dictadura, exilio, democracia. Bosque Quemado nos habla de casi 40 años en la vida de los protagonistas, narración que refleja la vida de estos dos personajes. Hijo, un escritor en ciernes, que en un comienzo parece derecho al fracaso, para luego de un tiempo poder vivir de sus escritos. Padre, medico exitoso, reconocido docente, con el tiempo lo consumen los años, la vida y el alzhéimer. En la novela vemos la interacción entre estos personajes, hay manifiesto amor y odio, distancia y cercanía. Familia fría e inexistente, quebrada, lo que hace de estos personajes un par de seres desamparados, que el tiempo y las circunstancias transforman en inseparables. La novela no está escrita de manera temporalmente lineal, lo que a veces hace de la lectura un ejercicio complejo, pero que también obliga al lector a estar siempre reordenando los pasos realizados por los protagonistas, por lo que sumando y restando, la forma es un punto importante en Bosque Quemado.

Roberto Brodsky es un gran escritor, me sorprendió la calidad de su narrativa, muy pulcra, muy completa. Esta característica invita a estar pendiente de el resto de su obra, encontrar escritores con el don de Brodsky es una suerte, por lo que el problema de Bosque Quemado no pasa por el lenguaje y el estilo, pasa por la historia contada. El exilio, la familia interrumpida, incompleta, las relaciones pobres y simplistas, ya son temáticas demasiado explotadas, no queda más que la reinvención. Poner el alzhéimer no es reinventar, solo agregar un factor más. Pareciera que siempre está faltando algo, pareciera que en la siguiente página la historia explota y estamos frente a una joya, pero así nos quedamos hasta el último momento, terminando de golpe. En el fondo, es una historia bien contada, pero sosa, sin medula, con falta de contenido, de análisis, de conflicto, pareciera que falta amor del autor por sus personajes, por su novela.

No voy a decir que Bosque Quemado es un mal libro, pero si debo decir que es un libro con problemas. Hay situaciones que parecieran faltar y desarrollo pobre de partes de la historia, falta explotar más la ficción, la crudeza, la relación entre padre e hijo. Brodsky es dueño de una pluma fascinante, pero en Bosque Quemado existe una carencia de novela.

Si busca un poco de literatura nacional que no le dejara indiferente, lea Bosque Quemado, si además de eso está buscando su nuevo escritor de cabecera, o ese reemplazo de José Donoso, busque otra cosa, Brosdky aun no es el hombre.

Aquí esta

sábado, 22 de mayo de 2010

El Roberto y la Julia


¿Qué pasa si te digo que hay un libro que tiene sus fundamentos en la obra Romeo y Julieta, pero contextualizada en una población santiaguina, marginal y entre gente de la Universidad de Chile y del Colocolo? Lo primero que a mí se me viene a la mente es, me están describiendo una mugre de libro. Y eso fue lo que pensé cuando me recomendaron El Roberto y la Julia. Pero la persona que me lo recomendaba lo hacía con mucho entusiasmo y le había achuntado con otras joyitas, además me decía que quien escribió este libro era ni más ni menos que Mario Silva, el autor del volumen Los que sobran, comentado con anterioridad en este blog. Suficientes antecedentes para embarcarse en la lectura de esta novela.

El Roberto y la Julia es la historia de dos muchachos de población, colegiales, con proyectos y problemas. El Roberto, hincha del club Colocolo, la Julia hincha del club de la Universidad de Chile, militancias que los convierten en enemigos acérrimos. Las cosas de la vida y de la pobla los juntaron, se conocieron y se gustaron. Todo esto transcurre en la marginalidad de una metrópolis que les da la espalda, donde la pasta base reina y la incapacidad de salir de ella es la tónica. Silva muestra la lucha de estos jóvenes por vencer primero la distancia artificial generada por el futbol, para luego vencer algo más terrible, el peso de la droga y la pobreza. Una historia de amor, que parece imposible, pero que luego de lucha y de sangre, alcanza finales insospechados.

Silva, nuevamente logra mostrar una historia real, con diálogos reales, con pensamientos reales, con personajes reales. No es la caricatura del pobre, no es la imagen de los que creen que saben, Silva conoce muy bien de lo que habla y es magistral al describirlo. Durante la lectura nos vamos dando cuenta que la premisa de hacer una versión poblacional de Romeo y Julieta, es solo el gancho de entrada, ya que la historia se va desarrollando de manera original y autónoma, los personajes son seres libres y no están supeditados al clásico.

La única crítica que le puedo hacer es que extrañé un poco mas de visceralidad, esperaba una lectura más brutal, más cruda y no tanto una historia de amor, que si bien es expuesta en un marco violento y tosco, a momentos se hace un poco meloso y adolecente. Pero esto no quiere decir que no estemos frente a una buena novela, solo es una pequeña espinita que me ha quedado tras la lectura de El Roberto y la Julia.

El Roberto y la Julia es un libro de rápida y dinámica lectura, es de esos textos que a la primera página te conmueven e incentivan a seguir adelante. Un lector entusiasta podrá terminarlo en una tarde, y le aseguro que será una muy agradable experiencia. Si anda buscando historias similares a las se exponen en Los que sobran, le advierto que se encontrara aquí con menos brutalidad, pero sin dejar de ser realista. El Roberto y la Julia es una historia de amor desarrollada entre la basura que ofrece el mundo; con esa descripción, creo que es algo interesante para leer.

Y aquí lo encuentra

Los cafés literarios en Chile


Un regalo de cumpleaños que se convierte en buenos momentos. Con esas palabras puedo referirme a este pequeño e inocente librito. Los cafés literarios en Chile es una amena investigación sobre una tradición que a primera vista, pareciera no existir en nuestro país. Ir a un local, tomarse un café, leer y comentar libros parece algo propio de Buenos Aires, mas no de Santiago, donde todos corren y pareciera que nadie tiene espacio para desmembrar alguna ficción.

Los cafés literarios en Chile es un libro simple, muy documentado, repleto de material grafico sobre la historia de estos locales especializados en cafés, fotos de los locales, de envoltorios de dulces, de cuadros y manifestaciones artísticas inspiradas en el café. En un comienzo nos encontramos con una breve historia de tan estimulante brebaje, para luego dar unas pinceladas de la situación en Latinoamérica y el mundo. Manuel Peña (el autor) nos cuenta de los orígenes del local que vende café, para luego contarnos de la situación en nuestra región. Expone la importancia de locales en Argentina, Colombia, México, etc. Luego de establecer ese pie contextual se vuelca de lleno a ensayar sobre Chile.

Básicamente lo que nos encontramos en este libro es un ejercicio que busca mostrar que en Chile los cafés literarios han existido, han sido protagonistas, y aunque pareciera que están en retirada, no pueden desaparecer de la memoria emotiva del chileno. Recorre la historia, la situación actual, y la existencia y protagonismo de locales en otras ciudades de Chile.

Un libro muy ameno, muy descriptivo, a veces pareciera un guía, otra veces un libro de historia y otras una profunda investigación. Un libro informado, no dejará indiferente al amante de un buen café, un buen libro y una buena conversación sobre este.

Si alguien me pregunta ¿Algo malo del libro? A mi parecer a veces se queda un poco corto con la información, al final se genera una sensación de gusto a poco, se extrañan más anécdotas de los que frecuentaban estos lugares. Pero eso no quita que el libro sea interesante. Es casi como tomarse un expreso simple, siempre dan ganas de tomarse otro.

Aquí se lo toma

martes, 18 de mayo de 2010

Los que sobran


Me he hecho cliente más que frecuente de la librería manantial, ahí me reciben con cariño, me dejan estar mucho tiempo y no me molestan con la pregunta ¿Va comprar algo? Ahí los vendedores saben lo que tienen y son capaces de recomendar buenos libros, una maravilla.

Una de las primeras recomendaciones que me hicieron fue el libro que voy a comentar ahora, Los que sobran. Un libro, dos novelas, premios y más premios, Mario Silva, ex miembro de la fuerza aérea de Chile, escritor completamente autodidacta, viviendo los 50, ofrece en este volumen dos historias que sacadas de la pobreza, parecen vivencias cotidianas, bien escritas y sencillas.

Los que sobran narra dos historias ambientadas en las zonas marginales y periféricas de Santiago, drogas y balaceras. Lugares donde el tráfico y los carteles gobiernan, donde por el solo hecho de nacer ahí, ya tu futuro se define por pistolas y pasta base. Dos historias contadas con tonos de protesta, pero también con algún grado de esperanza. Da gusto leer a Silva, muestra todo, lo bueno y lo malo, los lugares, las personas, no todo es o solo blanco o solo negro, es capaz de ofrecer varias versiones y puntos de vista. Silva es un escritor que respeta y se preocupa por su historia y por sus lectores, hay amor en sus palabras, amor hacia el lector.

En la primera historia (la que más me gustó de las dos) es un paramédico atormentado por un pasado de pandillas, pero que con el tiempo y el esfuerzo logró superar los problemas y enfrentar los fantasmas. La segunda historia es un grupo de jóvenes que planifican la manera de salir de ese infierno poblacional ¿Asalto? ¿Trabajo? ¿Un poco de suerte quizás? En las dos historias, hay salidas, pero también hay grandes obstáculos. Las maneras en que estas historias están enfrentadas son verosímiles, no hay estereotipos, solo carne y hueso.

Algo que a mi parecer es más que destacable es que nunca el lenguaje es caricatura, nunca da la sensación que Silva te está contando algo que no conoce, le da vida a los diálogos, a los pensamientos, da la sensación que es algo que podría escuchar en alguna esquina de la Legua o a la San Gregorio. No es el escritor que juega a escribir como hablan los marginales, es un escritor que aprendió a escribir como hablan los marginales, dándole un toque fantástico de realismo, haciendo que lo narrado sea verdadero y no un distorsionado reflejo.

Los que sobran es una obra amena, de fácil y entretenida lectura. Los que sobran es uno de esos libros de los cuales no puedes desprenderte hasta terminarlo, libros magnéticos, solo es necesario leer un par de páginas para tener que llegar al final. Los que sobran y por sobre todo Silva, han sido un grato descubrimiento, solo espero que las editoriales sigan apostando por él.

Los que sobran no es literatura elevada, es literatura muy simple. La recomiendo a todo el que guste de buenas historias y pluma ágil, no se arrepentirán.

Y aquí lo encuentran

miércoles, 5 de mayo de 2010

Donde van a morir los elefantes


Antes que cualquier cosa, hay que pedir perdón y justificarse. Han sucedido muchas cosas en el entorno, partiendo por un terremoto gigante y el fin de las vacaciones. Soy un animal de constantes y de rutinas, por lo que el terremoto me alteró en lo más profundo. Si antes el ritmo de lecturas era endemoniado, luego se limitó a que recién estoy terminando los libros comenzados en febrero. Además ya he tenido que volver al trabajo, por lo que no hay mucho tiempo.

El primer texto post terremoto, ya es un clásico o por lo menos su autor es un clásico y como he dicho en otros comentarios, es muy difícil comentar a los clásicos. Estoy frente a una obra que me llena de cuestionamientos, me deja con ganas de decir “que pasó aquí, en que minuto me metieron este gol”. Voy a comentar Donde van a morir los elefantes, último libro publicado en vida por José Donoso. Este libro se hiso famoso por hacer que un frágil Donoso estuviera firmando ejemplares en la feria del libro de Santiago en 1997. Algunos creen que ese ejercicio terminó por minar definitivamente la salud del maestro.

Como dije, es un texto que me produce sensaciones encontradas. Por una parte es la pluma de Donoso, intensa, compleja, suculenta, profunda; por otro lado, una historia disparatada, sin muchos argumentos y con una lamentable vocación de comedia. Otro elemento a tener en cuenta es que en el libro nos encontramos con una situación que últimamente se repite mucho en los autores chilenos, una prosa sobresaliente (está muy bien escrito), pero con historias muy mediocres. Donde van a morir los elefantes trata sobre un profesor chileno de literatura, experto en un Chiriboga, escritor ecuatoriano, ficticio y perteneciente al Boom. Este profesor es invitado a trabajar a una pequeña universidad en un pueblo perdido en el centro de Estados Unidos. Cuando el profesor llega al país del norte, se encuentra con un paisaje impresionante, múltiples cuerpos excesivos caminan por las calles, seres enormemente obesos, casi deformes, la cultura de lo inmenso. Entre tanto grotesco sobresale una muchacha, misteriosa, muy rubia, muy gorda, muy cautivadora, llamada Ruby. El resto del libro son las peripecias de esta extraña pareja y el desarrollo de los complejos personajes. Digno de Donoso, en eso no se cae, no hay nada simple en la novela. Hay una multitud de seres extraños y particulares, un profesor del nivel de Newton, eminencia, dos chinos muy extraños, genios matemáticos, un par de chilenos chaqueteros, el escritor del Boom y una esposa inocente, media tontona.

Donde van a morir los elefantes no es lo mejor de Donoso, aunque es muy superior a mucha literatura que anda dando vueltas. Donoso tiene un lenguaje que no decepciona, pero por lo mismo, uno espera encontrarse con algo cercano en calidad al Pájaro o a Casa de Campo. Donde van a morir los elefantes está lejos de esas maravillas de la literatura chilena y latinoamericana.

¿Recomendado a quienes? Fanáticos de Donoso que no lo han leído. No lo recomiendo para el novel lector, o para el que se entusiasma con libros del tipo, trilogías. Es Donoso, no es fácil, y eso sumado a que la historia no es muy atractiva, puede producir cierto trauma, quitando las ganas al lector de acercarse a maravillas como Coronación o El lugar sin límite. Léase con responsabilidad.

y aquí lo encuentra