martes, 23 de febrero de 2010

Gente que baila sola


No, no he dejado botado este espacio, no puedo desprenderme de este pequeño rinconcito, blog regalón, libre expresión y guía espiritual para quizá cuanta alma en pena. Instancia de búsqueda para una buena compañía (libros, por supuesto).

Rápidamente justifico mi lejanía. Vacaciones. También tengo vida, y no solo la uso para leer, aunque en este tiempo pude concluir cuatro libros simpáticos, los que serán debidamente comentados.

El libro que ahora voy a comentar fue como una de esas manifestaciones divinas, del tipo aparición o milagro, esas cosas que uno dice “no puede no ser acto divino toparme con esto” o “el destino es algo maravilloso, gracias diosito”. Luego de terminar Quemar un Pueblo mi nivel de tolerancia había explotado, y la depresión se apoderaba de todo lo que me rodeaba, no podía creer que a alguien le publicaran algo tan malo, y peor aún, que yo lo hubiera comprado para leerlo. En buen chileno, estaba profundamente bajoneado y mientras perdía la fe en la cultura occidental, me puse a ver noticias en uno de esos canales de información constante, ahí fue que me encontré con un reportaje sobre un escritor novel, pero viejo, que primero había sido éxito en España, para luego ser tomado en cuenta en Chile. Me llamó la atención eso, que aquí no lo hayan tomado en cuenta (la media novedad), así que partí a la librería regalona a buscar sus libros. Aquel hombre tenía en sus cuentos la llama para hacerme creer otra vez, en las letras nacionales.

Gente que baila sola es el segundo libro de Marcelo Lillo, escritor chileno, de mucha experiencia, pero poca publicación, recién convertido en profesional a los 50 años. Gente que baila sola es un libro de cuentos, conformado por historias donde la soledad es la protagonista, cuentos donde el existencialismo y pérdida del sentido, se toman el control de las páginas. Gente que baila sola debe su nombre a uno de los cuentos, pero también hace honor al resto del libro, son cuentos de gente que por algún motivo, bueno o malo, ha quedado sola y ha decidido llevar su existencia desde la tribuna del puro ego. Alguien podría preguntarme “¿De qué se tratan los cuentos?” Y yo solo podría decir “pues su respuesta se encuentra en el titulo, el libro trata de cuentos sobre gente que ha decidido bailar sola”.

Tengo que decir que después de leer Quemar un Pueblo, la sensación de desolación fue tremenda, y que fue una bendición encontrarme con este libro y este escritor, me volvió el alma al cuerpo, confié nuevamente en la literatura chilena, no estamos tan perdidos si le damos espacio a gente como Marcelo Lillo.

Hablemos un segundo de lo que el lector se podrá encontrar cuando decida leer Gente que baila sola. Marcelo Lillo es un escritor, directamente influenciado por el gran José Donoso, por lo que algunas de sus páginas podrían parecerle familiares. Comentaba con un amigo esta situación y él me decía “oye, pero entonces no es original, esta copiando”, no voy a decir lo contrario, puede ser que copie, pero lo hace muy bien, además que copiarle a Donoso, es copiarle al mejor de la clase, hacer solo eso es una gracia, démosle merito, escribir como Donoso, y que no se vea como un calco (porque si bien, se ve la influencia, no es alguien que quiera ser Donoso, el hombre quiere ser Lillo), sino que como influencia directa, es todo un logro, yo por lo menos disfruté mucho los cuentos.

Gente que baila sola es un libro para gente exigente, dispuesta a impactarse con pequeñas historias, dispuesta a sufrir un poco con los personajillos patéticos, identificarse con algunas situaciones que ameritan vergüenza. Gente que baila sola es un gran compilado de cuentos tematizados en la soledad. Un gran escritor, una gran obra, recomendado a todo el mundo que quiera atreverse a experimentar buena literatura, aunque esta le robe un par de risas y un par de llantos.

Y aquí lo encuentra

No hay comentarios: