
Después de leer Synco (novela muy entretenida) me dije, quiero más, así que me fui directo a buscar la siguiente novela del señor Baradit, Kalfukura. Kalfakura es la tercera novela de Jorge Baradit, editada recientemente, y la primera dirigida principalmente a niños y adolecentes (esto debería ser explicito, pero nadie te lo dice hasta que terminaste el libro). En una entrevista dijo: “Quiero que esta sea la primera novela que lea Gabriel (su hijo)”, por lo que hay que tratar de aguantar el lenguaje y las imágenes que se encontraran en el lectura.
A ver, me cuesta hacer este comentario, tengo el libro al frente (no me gustó la portada, pero que le vamos a hacer), recién leído y estoy lleno de ideas y sensaciones. Lo primero que se me viene a la mente es un rotundo, no me gustó ¿Por qué? se preguntaran; pues porque luego de leer Synco, esperaba mucho más. Esperaba más fantasía, más teorías de conspiración, más seres mágicos y más locura desatada, esperaba detenerme un segundo y decir ¡Que es esto! pero en cambio me encontré con una historia sosa, con muchas situaciones cliché, predecibles y a veces forzadas, todo muy lejano a lo que encontramos en Synco.
Lo que en Synco puede ser visto como algo interesante, en Kalfukura no funciona. Exceso de información y poco desarrollo de las ideas. Baradit en una entrevista (lanzamiento del libro en la FILSA) dijo que había demorado algo así como un mes en terminar el libro. Lo triste es que se nota, hay mucho que podría haber sido desarrollado, como por ejemplo la historia de Melinao o el origen del brujo Halcón.
El estilo de Kalfukura es similar al que se pueden encontrar en Synco, capítulos cortos, información precisa, sin mayor desarrollo, guiños a Borges y sus datos falsos, pero verdaderos en el texto, diálogos misteriosos que cobran sentido en el transcurso del desarrollo, muchas citas a otras obras (las citas a Star Wars son evidentes casi desde el comienzo).
En fin, es una historia que podría haber sido épica ya que cuenta de una guerra mágica entre Europa y América, hay zombis, hay magos y seres míticos, hasta el Caleuche participa, sin olvidar la magia de Rapa Nui. Podría haber sido enorme, digna de 500 o más páginas, pero se nos quedó a medio camino, 179 páginas de libro, repleto de personajes interesantes y de información atractiva, pero lamentablemente con un sentido de la síntesis demasiado extremo.
¿Qué se aprende? Pues se aprende a no ilusionarse en esto de la lectura. Encontrarse con un libro bueno de un escritor, no asegura en segundo libro bueno del mismo escritor. Otra cosa, antes de terminar. El autor da entender que habrá una segunda parte, la esperare y la leeré, pero ya sin la ilusión.
¿A quién se lo recomiendo? Pues a lectores jóvenes, no más de 12 años. Probablemente se entusiasmaran con algo de la mitología chilena, y eventualmente con la lectura, ya que no es un libro complejo y su prosa es amistosa. Para el que esté buscando algo como Synco, siga participando.
Lo que en Synco puede ser visto como algo interesante, en Kalfukura no funciona. Exceso de información y poco desarrollo de las ideas. Baradit en una entrevista (lanzamiento del libro en la FILSA) dijo que había demorado algo así como un mes en terminar el libro. Lo triste es que se nota, hay mucho que podría haber sido desarrollado, como por ejemplo la historia de Melinao o el origen del brujo Halcón.
El estilo de Kalfukura es similar al que se pueden encontrar en Synco, capítulos cortos, información precisa, sin mayor desarrollo, guiños a Borges y sus datos falsos, pero verdaderos en el texto, diálogos misteriosos que cobran sentido en el transcurso del desarrollo, muchas citas a otras obras (las citas a Star Wars son evidentes casi desde el comienzo).
En fin, es una historia que podría haber sido épica ya que cuenta de una guerra mágica entre Europa y América, hay zombis, hay magos y seres míticos, hasta el Caleuche participa, sin olvidar la magia de Rapa Nui. Podría haber sido enorme, digna de 500 o más páginas, pero se nos quedó a medio camino, 179 páginas de libro, repleto de personajes interesantes y de información atractiva, pero lamentablemente con un sentido de la síntesis demasiado extremo.
¿Qué se aprende? Pues se aprende a no ilusionarse en esto de la lectura. Encontrarse con un libro bueno de un escritor, no asegura en segundo libro bueno del mismo escritor. Otra cosa, antes de terminar. El autor da entender que habrá una segunda parte, la esperare y la leeré, pero ya sin la ilusión.
¿A quién se lo recomiendo? Pues a lectores jóvenes, no más de 12 años. Probablemente se entusiasmaran con algo de la mitología chilena, y eventualmente con la lectura, ya que no es un libro complejo y su prosa es amistosa. Para el que esté buscando algo como Synco, siga participando.
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